Otro de los presidentes de mayor renombre fue Marcos Fernández, quien dirigió el club tras su conversión en sociedad anónima deportiva (1992) y durante el EuroPucela. En la siguiente temporada, la Liga 1991-92, la entidad se transforma en Sociedad Anónima Deportiva, en virtud de un Real Decreto aprobado por el Gobierno español, y se cosechan los mejores resultados deportivos en la historia del club, al ser la revelación de la temporada y finalizar en una excelente séptima posición (a 1 punto de entrar en la Copa de la UEFA), que le valdrá el apelativo del «Queso Mecánico».
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