Sin embargo, las convocatorias decayeron en 1912, cuando se originó la primera versión de la llamada filosofía del Athletic Club, conforme a la cual solo podían competir jugadores vizcaínos. A final de temporada se convocaron nuevas elecciones a la presidencia del club y el entrenador Marcelino anunció que no seguiría en el Athletic. En 1954, fue vendido al ayuntamiento de Oviedo, que fue su propietario desde entonces. Sin embargo, su llamativo diseño no ha variado considerablemente a lo largo de la historia: la camiseta, por la mayor parte de su existencia, estuvo compuesta por una camiseta celeste con varias franjas blancas, que suponen representar a la bandera nacional.
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