Como el escudo, ha tenido varias versiones en el tiempo, con dos o cuatro palos, siendo estos verticales u horizontales. Uno de los mayores factores de dinamización de la ciudad como capital de un amplio entorno metropolitano fue la llegada del ferrocarril: de Barcelona partió en 1848 la primera línea de ferrocarril de la España peninsular, que comunicaba la Ciudad Condal con la villa de Mataró. Un empate a tres goles el 27 de octubre serviría para que el título fuese compartido por ambos combinados.